¿Qué es La Hidrocución? Y ¿por qué es una causa importante en Ahogamientos?

“No te bañes hasta que pasen dos horas porque te dará un corte de digestión”. Estas palabras, que forman parte de la jerga veraniega desde hace décadas y que a todos nos han dicho alguna vez, tienen buena parte de mito. Y es que lo que llamamos corte de digestión realmente es un shock termodiferencial y está provocado por un cambio brusco de temperatura y no tanto por la combinación de ingesta de comida y baño. Por eso no sucede solo en la playa o la piscina.

Los mareos, las náuseas e incluso los desmayos son los síntomas más frecuentes. Los expertos recuerdan que para evitarlo hay que entrar poco a poco al agua y esperar un tiempo prudencial si se ha comido de forma copiosa.

El verano y sus altas temperaturas son el caldo de cultivo perfecto para el mal llamado “corte de digestión”. Después de estar al sol, al entrar al mar o la piscina, el organismo reacciona ante el cambio brusco de temperatura (la elevada del organismo y la baja del agua) y tiene lugar una “vasoconstricción periférica” (los vasos a nivel periférico, lo que no son los grandes troncos del cuerpo, se cierran). Así se produce un “secuestro de la sangre” que provoca que no llegue suficiente al cerebro.

Todo este proceso, en el contexto de estar haciendo la digestión (con la mayor parte de la sangre del cuerpo condensada en el aparato digestivo) puede acabar produciendo un menor riego cerebral.

Así, el “corte de digestión” es en realidad un síndrome de hidrocución o shock termodiferencialque se produce por el cambio tan brusco de temperatura que sufre el cuerpo (que en ese momento está a temperatura ambiente) al entrar a un medio más frío.

La gente le ha acabado llamando corte de digestión a este fenómeno porque se produce normalmente después de una ingesta. Además suele ir acompañado de un cuadro de vómitos y náuseas (síntomas gastrointestinales) pero no están originados en el tubo digestivo sino en el sistema nervioso central y hay que subrayar que el corte de digestión como tal es algo muy poco habitual.

Hay que remarcar que “no se para la digestión”, lo que le sucede al cuerpo es un “síncope” que puede derivar en pérdida de conocimiento. El hecho de que la hora de la comida coincida con uno de los momentos más calurosos del día influye en que la gente considere que el síncope se deba a la comida cuando lo que sucede es que es uno de los momentos en que la temperatura corporal es más elevada y esto hace que contraste de manera más pronunciada con la temperatura del agua.

Síntomas 

Las señales de alerta que nos pueden indicar que estamos sufriendo un “shock termo diferencial”, apuntan los expertos, van desde los menos graves como mareo, visión borrosa, náuseas, exceso de sudoración o vómitos a otros más graves “si se deja evolucionar” como pérdida de conocimiento. Estos mismos síntomas se producen cuando vivimos una situación de calor extremo o hacemos un ejercicio, pero lo que en tierra firme puede derivar en “un traumatismo”, en el agua puede degenerar en ahogamiento. A parte de este riesgo, otra de las consecuencias más graves de este síncope es el riesgo de sufrir una parada respiratoria y cardiaca.
Que la entrada al agua cause problemas depende de múltiples factores entre los que se encuentran el tipo de comida consumida (más contraproducente cuanto más pesada) y del modo en que la persona entre en el agua.

La gente debe pensar  que hay que adaptar el cuerpo a un medio completamente distinto y “usar” el sentido común: “no es lo mismo tomar una fabada que un sándwich”.

En la misma línea, también influye si nos metemos en la “poza de un río”, donde normalmente el agua está muy fresca, o si nos bañamos en una playa de Murcia, donde la temperatura del mar es más alta y el shock mucho menor.

Pero lo que más incide es si la persona entra al agua poco a poco o si se tira de cabeza. Así, si se hace de forma progresiva remojándose la nuca y otras partes del cuerpo y después de haber comido de forma ligera “lo normal es que no nos suceda nada”.

¿Qué hacer si lo sufrimos? 
Y cuando alguien sufre un shock termodiferencial ¿qué hacemos? La recomendación es unánime: salir del agua y procurar que el cuerpo vuelva a una situación de normalidad, recuperar la temperatura corporal, tumbar al individuo para que se redistribuya el flujo sanguíneo y que vuelva mejor al corazón. Si es un cuadro leve no se va a necesitar mucho más que eso e hidratar a la persona, señalan los expertos. En casos más graves, será necesaria asistencia médica.

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