La prevención de riesgos laborales ayuda tanto al empresario como al trabajador, además de ofrecer unos mínimos de seguridad.
El socorrista está expuesto en este sentido a muchos factores que pueden lapidar su salud, como la exposición al sol, el trabajo constante en zonas húmedas, y así mismo el riesgo cuando tenemos que salvar a alguien.
Cabe señalar que las normas referidas a este tema son muy diversas y podemos encontrar su regulación en la Constitución Española, Reglamentos, Convenios Colectivos, entre otros.
En esta materia tiene mayor importancia el papel del empresario, pues será éste quien debe valorar los riesgos derivados del trabajo y ofrecer información en relación con el papel que desempeñan los socorristas. Así, como principios más importantes cabe citar el de evitar los riesgos, combatir los riesgos en su origen y sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro. Para ello, el empresario suministrará el equipo adecuado y velará por el uso efectivo del mismo.
Pero no sólo el empresario tiene la obligación de aportar los medios necesarios sino que además el trabajador debe colaborar con el empresario, señalándole otros riesgos, o utilizando correctamente los medios y equipos, no poner fuera de funcionamiento y utilizar correctamente los dispositivos de seguridad, etc. Por tanto es un deber tanto del empresario como del trabajador.
Cabe señalar, que el actuar de forma imprudente o por un despiste, en cuanto a riesgos laborales, aunque no exista intención maliciosa, conlleva responsabilidades.
Esta responsabilidad puede originar diferentes actos resarcitorios, pero sin duda el más importante es el referente a la responsabilidad indemnizatoria, es decir, la pecuniaria. A este respecto cabe decir que dicha indemnización debe ir encaminada a lograr la reparación del daño. Debe además también existir una correlación entre el daño sufrido y la indemnización dada para que no exista enriquecimiento injusto.
Indicamos a continuación los riesgos laborales más comunes en el sector del socorrismo acuático, pudiendo afectar a la salud laboral del socorrista.
Existen dos tipos de riesgos laborales:
Los determinados por el lugar, las condiciones ambientales y las funciones.
La exposición a la radiación solar y al calor es el aspecto más destacado. La empresa deberá proveer los medios necesarios de protección, es decir, suministrando sombrillas, gorras, protectores solares, etc.
Se recomienda que el socorrista utilice las zonas de sombra del complejo.
Cobra especial importancia el uso de unas gafas de sol con cristales adecuados a la alta intensidad lumínica de los días de verano, pudiendo sufrir graves lesiones oculares en caso de no usarlas.
Utilización de un uniforme adecuado, gorra, camiseta y calzado.
Si hay que manipular sustancias como el cloro hay que protegerse con guantes y mascarilla para evitar la inhalación de gases que pudieran desprenderse al abrir los productos o al verterlos.
En el caso de entrar en contacto directo con ácido clorhídrico, hipoclorito o sustancia clorada, enjuagar la zona afectada con abundante agua.
Hay que tener especial cuidado con las superficies deslizantes para evitar auto lesiones.
Durante los salvamentos.
Asegurarse que se controlan los riesgos de la actuación.
Entradas en el agua, aproximaciones, remolques con material, controles (hay que estar en forma y con los protocolos de actuación bien entrenados).
A la hora de realizar primeros auxilios hay que emplear guantes y mascarillas, a ser posible para evitar contagios de cualquier tipo.
En resumen y conectando con lo dicho al principio se puede observar que el Derecho está muy presente en nuestras vidas, y que todas las relaciones que pueden producirse en el desarrollo de nuestro trabajo están afectadas por alguna norma que implica una serie de derechos y obligaciones.
Esta norma es necesaria para garantizar unos mínimos de convivencia para aportar seguridad, y para facilitar que la sociedad siga creciendo, desarrollando y evolucionando.
Y nosotros como socorrista jugamos un papel clave en este “juego de rol” llamado sociedad pues con nuestro trabajo contribuimos a salvar la vida de muchas personas, personas que pueden ser importantes en la sociedad, en acto o en potencia.