¿Cuál debería ser mi comportamiento si presencio un ahogamiento?

A todos alguna vez nos han comentado, o quizás hayamos presenciado, alguna  persona con problemas en el medio acuático, poniendo en peligro su vida durante breves instantes o  llegando incluso a ahogarse.

Pues bien, en las situaciones donde se presencia insitu este tipo de acontecimientos, interesa y mucho diferenciar los distintos tipos de ahogados ya que la intervención del rescatador sería diferente en cada caso.

Hay que resaltar que cualquier intervención a de hacerla siempre una persona con conocimientos en salvamento, ya que en este tipo de situaciones las especulaciones de noveles puede tornarse dramática y empeorar la situación, causando por ejemplo más víctimas.

Desde la Escuela Andaluza de Salvamento y Socorrismo te lo explicamos todo en este post con todo lujo de detalles. Para cualquier duda y/o aclaración, puedes utilizar los comentarios o contactarnos en info@escuelasos.com

¿Qué es un ahogado?

Un ahogado se entiendo como toda persona que fallece por asfixia al verse sumergido o que sobrevive como máximo 24 horas después del accidente. En la actualidad se amplía a todo accidente por sumersión en el agua que conlleve el cuadro clínico de asfixia aguda, haya aspirado o no agua en sus pulmones y de forma independiente a su posterior evolución.

¿Cuántos tipos de ahogados hay?

Podemos hablar de dos tipos fundamentales de ahogados.

Ahogado Blanco

El primero de estos tipos, y quizás el menos común es el llamado ahogado blanco. En este tipo de ahogados se detiene simultáneamente la función respiratoria y circulatoria, de forma que no ofrece sobresaturación sanguínea de CO2. No es una auténtica asfixia ya que no existe una lucha previa por respirar del accidentado, presentando el rostro pálido.

Pudo deberse a  situaciones por las siguientes causas:

  1. Hidrocución, hidroalergia, síncope primitivo o síncope termodiferencial. Es un shock primario o reflejo a la acción directa del agua fría sobre la superficie  corporal produciendo una vasodilatación brusca del territorio esplácnico, con una disminución del flujo de retorno venoso al corazón, contracción de este en vacío, taquicardia, hipoxia cerebral con perdida parcial o total de conciencia.
  2.  Laringoespasmos por acción del frío o pánico, lo que evita la entrada de aire en los pulmones. Esto produce una anoxia.
  3. Parada cardiorespiratoria.

Ahogado Azul

El segundo de estos tipos, siendo el más común es el llamado ahogado azul. En este tipo de ahogamientos el accidentado pierde la conciencia mientras esta en el agua, resultando una anegación pulmonar por aspiración de agua (el accidentado respira agua).

Esta aspiración de líquido a los pulmones tras la fase inicial de laringoespasmo, y como consecuencia de la hipoxia (falta de oxigeno) que sufre la víctima, se produce una hipercapnia generalizada.

Es el ahogado por sumersión y la muerte es causada por la asfixia. Su color azul se debe a la hipoxia (falta de oxigeno) que provoca un aumento del CO2 en el accidentado conocido como hipercapnia lo que da ese color azulado llamado cianosis.

Pero… ¿qué son la hipercapnia y la hipoxia?

Pasamos a definirlas.

Hipercapnia

Debido a que el accidentado no puede realizar el intercambio gaseoso correctamente, se da un aumento de la presión parcial de dióxido de carbono (CO2), medida en sangre arterial, por encima de 46 mmHg (6,1 kPa).

Hipoxia

Falta del suministro adecuado de oxigeno a una parte o al cuerpo completo de una persona. La penetración de agua, incluso en cantidad ínfima, en las vías respiratorias, puede provocar una apnea refleja; la epiglotis se cierra para proteger las vías respiratorias, impidiendo de hecho la respiración incluso cuando la cabeza se encuentra fuera del agua. Por consiguiente, el oxígeno disponible en el organismo disminuye; entonces se habla de hipoxia.

Las secuelas persistentes después del ahogamiento de la víctima están en función de la importancia de la hipoxia y de su duración, pero la eventual presencia de agua en los pulmones causa un edema pulmonar traumático. Este edema, así como el agua que ha penetrado, interfieren en el intercambio gaseoso en la pared alveolar y mantienen el déficit de oxígeno aunque la persona respire espontáneamente.

Seguramente después de la lectura de este artículo sepamos un poco más de los ahogamientos para poder identificarlos correctamente.

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