Algunos de los riesgos para sufrir lesión medular al entrar al agua

riesgos de sufrir lesiones medulares

Como puedes imaginar, los comportamientos de muchos bañistas distan bastante de un comportamiento modélico y seguro en la práctica de actividades acuáticas.

El riesgo siempre es importante si se cometen imprudencias, sobre todo a la hora de entrar en el agua. El riesgo de sufrir una lesión medular al zambullirse en una zona de baño es aún más alto en embalses, ríos o lagos que en las piscinas públicas o privadas. El riesgo por esta práctica, se produce fundamentalmente en estos emplazamientos, y es que la persona se lanza sin saber exactamente cuál es la profundidad del sitio al que se va a tirar.

Esta situación se puede producir por el estado turbio del agua, lo que también puede hacer que elementos que estén sumergidos no se vean desde fuera.

Hay que tener en cuenta que en los pantanos y en el mar la profundidad cambia de un día a otro, lo que repercute en que no se controle la profundidad. Por ello, hay que extremar las precauciones si no se ve el fondo, hay que ver cuánto cubre y no lanzarse desde grandes alturas.

Tirarse de cabeza al agua sin tomar medidas puede producir un impacto en la misma, algo que puede derivar en fracturas de vértebras cervicales que provocan lesiones medulares. Estos accidentes traen consigo tetraplejias, pérdida de movilidad en brazos y piernas entre otras.

El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, desarrolla todos los años una campaña de concienciación, donde entre otras recomendaciones, se hace hincapié en no tirarse desde una altura muy alta, en hacerlo con los brazos por delante y en comprobar la profundidad.

De cualquier forma, y ante la posibilidad de que puedan producirse este tipo de  accidentes, es muy importante la inmovilización del cuello, evitar movimientos en la columna y avisar a los servicios de emergencias para que hagan el traslado lo antes  posible.

Las estadísticas nos indican que son los jóvenes entre quince y veinticinco años quienes sufren en mayor medida este tipo de accidentes como consecuencia de una zambullida, siendo hombres en el 80 % de los casos. Esta entrada en el agua se suele hacer en zonas de poca profundidad o con presencia de rocas o cualquier otro tipo de obstáculos en el fondo.

¿Cómo podemos actuar ante estas situaciones?

Si presenciamos este tipo de lesión, hay que diferenciar si la persona que presencia el suceso tiene conocimientos de socorrismo o no. En caso afirmativo, el socorrista debe entrar en el agua rápidamente y hacer que todos los usuarios que estén dentro del vaso salgan del mismo con la mayor urgencia, pero sin agitar el agua mucho.

Nos aproximaremos a la víctima suavemente, y al llegar a ella aplicaríamos la técnica del torno, inmovilizando cabeza, cuello y espalda, y manteniendo la columna vertebral a nivel cervical en posición neutra.

Es importante conocer el estado de conciencia de la víctima, así como su respiración mientras el proceso completo de extracción.

Hay que remarcar que para extraer a la víctima se precisa ayuda externa de otra persona y disponer de un tablero espinal además de un collarín cervical ajustable.

No obstante lo primero que tendría que hacer el socorrista, o cualquier persona que haya en el lugar, será llamar al 112 para que llegue la asistencia en el menor plazo de tiempo y pueda ponerse en marcha la cadena de supervivencia.

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